sábado, 23 de junio de 2012

Caminar es un peligro y respirar es una hazaña en las grandes ciudades del mundo al revés. Quien no está preso de la necesidad, está preso del miedo: unos no duermen por la ansiedad de tener las cosas que no tienen, y otros no duermen por el pánico de perder las cosas que tienen. El mundo al revés nos entrena para ver al prójimo como una amenaza y no como una promesa, nos reduce a la soledad y nos consuela con drogas químicas y con amigos cibernéticos. Estamos condenados a morirnos de hambre, a morirnos de miedo o a morirnos de aburrimiento, si es que alguna bala perdida no nos abrevia la existencia.


El miedo global

* Los que trabajan tienen miedo de perder el trabajo.
* Los que no trabajan tienen miedo de no encontrar nunca trabajo.
* Quien no tiene miedo al hambre, tiene miedo a la comida.
* Los automovilistas tienen miedo de caminar y los peatones tienen miedo de ser atropellados.
* La democracia tiene miedo de recordar y el lenguaje miedo de decir.
* Los civiles tienen miedo a los militares, los militares tienen miedo a la falta de armas, las armas tienen miedo a la falta de guerras.
 
Es el tiempo del miedo.
* Miedo de la mujer a la violencia del hombre y miedo del hombre a la mujer sin miedo.
* Miedo a los ladrones, miedo a la policía.
* Miedo a la puerta sin cerradura, al tiempo sin relojes, al niño sin televisión, miedo a la noche sin pastillas para dormir y miedo al día sin pastillas para despertar.
* Miedo a la multitud, miedo a la soledad, miedo a lo que fue y a lo que puede ser, miedo de morir, miedo de vivir
El hambre desayuna miedo. 

El miedo al silencio aturde las calles. El miedo amenaza.
Si usted ama, tendrá sida.
Si fuma, tendrá cancer.
Si respira, tendrá contaminación.
Si bebe, tendrá accidentes.
Si come, tendrá colesterol.
Si habla, tendrá desempleo.
Si camina, tendrá violencia.
Si piensa, tendrá angustia.
Si duda, tendrá locura.
Si siente, tendrá soledad.

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